Siempre me han encantado los piratas, no es algo que me moleste mucho en ocultar, y tengo mis motivos. Primero de todo, nunca me he sentido identificado con el bueno de la película, demasiado heroico o perfecto, le faltaba el aire pícaro o canalla que posiblemente todos llevamos dentro en mayor o menor medida.
Pero también está todo ese cúmulo de sensaciones que rodean a los piratas, como el vivir aventuras, la lucha por la libertad, la camaradería con los tuyos… Y no podemos olvidarnos de los tesoros, el mar abierto, los barcos y los cañones que completan cualquier aventura.
Todo esto es lo que nos ofrece Sea of Thieves, una increíble aventura de piratas con todos los elementos anteriormente mencionados. Desde los elementos básicos como es el ir en barco con sus cañones y velas con tus amigos, navegando sobre un precioso y cuidado mar en el que las olas, la espuma, o el detalle del agua que salpica contra el casco dejan a más de un programador con la boca abierta.
Quizás sólo estoy arañando la superficie, porque Sea of Thieves es un juego de explorar junto a tus compañeros, teniendo total libertad en el mundo plagado de islas que han creado y haciendo de cada partida una aventura única para tu tripulación. Esto es una sensación que tengo jugando a otros juegos (Como el PUBG por ejemplo) y que aprecio cada vez en mayor medida, esa sensación de que aunque una partida tenga unos objetivos claros y definidos, el modo en el que la juegues será diferente entre una y otra, haciendo que esa “historia” que estás viviendo mientras juegas, sea única.
Siendo objetivo y dejando al lado el amor incondicional que proceso por la piratería, en Sea of Thieves no todo es brillante y perfecto. La falta de contenido es un hecho que pasa factura al juego, teniendo tan solo 3 tipos de misiones que pueden arruinar la experiencia de juego en solitario y convertir una animada aventura por mares en un monótono paseo en barco.Además, el sistema de progresión se limita únicamente a subir de nivel, acercándonos un poco más a llegar a ser leyenda pirata, pero sin ninguna mejora de habilidades o armas, todo se queda en lo estético de armas, ropas, objetos y peinados, y esto tiene su pros y contras.
Para empezar, este estilo de progresión iguala las posibilidades entre nuevos jugadores y veteranos, haciendo que la adaptación al juego sea más cómoda para los nuevos y suponiendo un reto mayor para los jugadores con experiencia, pues el tiempo de juego no influirá en tus habilidades, haciendo que sólo tus conocimientos, tu habilidad y tus estrategias dentro del juego sean lo que define el combate, y no las armas por tener más nivel.
Pero mirando los contras, esta metodología de juego que se escapa del competitivo más clásico no ayuda a tener esa sensación de mejoría a los jugadores, de que todas esas aventuras y experiencias no cuentan para sus personajes más allá del valor estético de ropas, armas y velas.
En resumen, Sea of Thieves es un juego diferente a lo que estamos acostumbrados, y en crecimiento. Una apuesta que puede acabar llegando a buen puerto o naufragando, todo dependerá del futuro contenido y el trato hacia los usuarios. Desde luego lo seguiremos de cerca.
