Vamos a hacer el análisis del videojuego the Last Story, la primera creación de Hironobu Sakaguchi, quien le dio vida a la saga Final Fantasy para la consola Wii de Nintendo.Nos encontramos con un juego repleto de paisajes al puro estilo Final Fantasy, con ciudades entre medievales y futuristas, así como con unos paisajes naturales que nos dan ganas de recorrerlos a nosotros mismos.
Los personajes, monstruos, objetos o armas son también de esa guisa –que al fin y al cabo es lo que estábamos esperando- pero tienen algunas características novedosas. A lo largo del juego seremos capaces de ir cambiando el equipamiento de los personajes. Hasta ahí todo normal. Pero lo asombroso es que también cambiará su indumentaria, arma en mano, el calzado, los accesorios… Según lo que elijamos, claro. Asimismo, en las escenas de vídeo veremos a nuestro personaje customizado a nuestro gusto, no como venía de forma predeterminada en el juego.
Por otro lado, el sistema de combate es activo por lo que nos iremos moviendo al mismo tiempo que elegimos una acción u objetivo. También seremos capaces de llegar a coordinarnos con el resto de miembros del equipo de manera estratégica para eliminar a nuestros enemigos, que en muchas ocasiones serán mucho más numerosos que nosotros. Además, la BSO está compuesta por Nobuo Uematsu, compositor de la banda sonora de Final Fantasy X, por lo que ya os podéis imaginar que es una maravilla.
He dejado para último lugar la historia porque, sin duda, es lo más extenso de contar (como en cualquier juego de este estilo). En the Last Story tomaremos el control de Zael, un joven miembro de un grupo de mercenarios que sueñan con convertirse algún día en caballeros del Imperio. Su vida se basa en cumplir misiones por toda la isla de Lázulis, conseguir recompensas y, poco a poco, ir ganando experiencia y buena fama como guerrero. Aunque al ser un mercenario eso es complicado.
Sus planes cambiarán cuando un día Zael conozca a Lisa, de quien se enamorará perdidamente al descubrir su forma de ser. La historia se vuelve controvertida cuando descubre que Lisa en realidad es Lady Calista, hija del antiguo emperador de Lázulis y heredera de su trono una vez falte su tío el Conde, el cual ocupó el trono tras la muerte del rey. Él la quiere desposar con un marqués engreído e inútil, pero muy rico, que la trata como una muñequita incapaz de hacer nada y que la dejará postrada en Lázulis para siempre. Esto hace a Calista profundamente infeliz.
Todo se complica aún más cuando Zael y sus amigos son contratados por el Conde para ejercer de apoyo de la guardia en un evento de la corte. Consiguen este trabajo gracias a haber ganado cierto renombre en la ciudad tras haberle salvado la vida a un niño. La susodicha celebración resulta ser la fiesta de compromiso de Lisa –en realidad Calista- con su prometido. Esto causa un gran impacto a Zael, sobre todo al verla tan infeliz al lado de su prometido, e intenta hablar con ella a solas. En medio de su conversación, el castillo es atacado por los Gurak, una raza y reino enemigos que arrasan con todo raptando a Calista.
Pero no os sigo contando más de la historia porque tiene miga y es interesante. Así que si queréis conocer más, ya sabéis, haceros con un ejemplar de The Last Story y descubrid cómo continúa.