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DIME A QUÉ HAS JUGADO Y TE DIRÉ QUIÉN ERES

Por Víctor Juan

Desde que se ha ampliado el público de jugadores de videojuegos estos años, que ya no sólo se reduce a los gamers y arcaders de turno, es curioso conocer cómo se puede caracterizar a una persona y su relación con los videojuegos en base a los que han formado su top histórico desde que comenzara a jugar. Su mapa de videojuegos.

Me ha parecido interesante como inicio de mis colaboraciones en Kabukis presentarme a través del perfil de consolero que siempre he tenido, desde que tocara el primer mando de la Play Station con apenas 8 años.

Mi primera obra maestra de los videojuegos, como no pudo ser de otro modo, fue al igual que para muchos Final Fantasy VII. Un juego que aleatoriamente trajo a casa mi hermano un día y sirvió para que mucha gente, yo entre ellos, comenzáramos a ser fieles a esta saga. Y a la que más sin duda. No fueron pocas las horas en las que construí uno de los mejores equipos de batalla de un RPG en toda mi vida (para los más enterados: Cloud, Tifa y Vincent).

La compañera de esta saga estaba en PC, y no pudo ser otra que Los Sims. Quizá la colección de CD’s que más haya estimulado mi potencial creativo en mi vida. Independientemente de lo cheater que pudiera ser en estos juegos (¿y quién no?) tengo la firme opinión de su merecido éxito ya que han sido una revolución  y lo siguen siendo a través de su “simulación de vida”. Las expansiones son el fuerte de la saga de Maxis: desde Primera Cita, ya todo fue a mejor.

Tengo como un buen recuerdo las tardes con mis amigos, mando de Nintendo 64 en mano, jugando a la perfecta evolución de los tradicionales juegos de mesa: Mario Party. Jamás podré entender qué tenían esos juegos que eran una opción de multijugador que aseguraba pasar horas de diversión, peleas, piques y tensión por ver quién lograría las estrellas finales. Con las ediciones fue perdiendo su encanto, pero aumentando eso sí la variedad de posibilidades.

Generalmente la gente se queda sorprendida cuando ensalzo algunos videojuegos de la Dreamcast. La última videoconsola producida por Sega tiene el que a mi gusto es mi juego favorito de lucha: Soul Calibur. Una apasionante historia de fondo sobre una espada maldita y una civilización que se ve afectada por ella. El factor añadido es que cada personaje tiene un arma, algo que siempre he preferido frente al combate cuerpo a cuerpo de sagas como Tekken. Por si alguien lo ha jugado, mis personajes favoritos son Kilik y Cervantes.

Y también con marca Sega, cierro con Shenmue, otra gran obra maestra que para mucha gente es desconocida por las pocas posibilidades que ha tenido en España. La historia de Ryo Hazuki en Japón es realmente apasionante, gracias al entorno de juego tan similar a la vida real y al suspense permanente en el que te mantiene la historia a través de los misteriosos espejos. Una saga frustrada que no ha tenido éxito ni con su versión en móvil, Shenmue Town.

Mis dedos se han curtido en el ejercicio de apretar incansablemente la X y el círculo y con orgullo siempre diré que he vivido como un consolero. Y en definitiva, puede haber obras maestras y juegos que pasan sin pena ni gloria, pero lo que más importa es la huella que dejan en la estantería de nuestras habitaciones. ¿Te animas a contarnos con qué 5 te quedas?

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