A principios de esta semana nos enterábamos de un golpe a la piratería por parte de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, y es que esta informaba de la detención de un individuo por presuntamente vender más de 200 consolas que habían sido cargadas con juegos pirateados. El detenido se enfrenta a un delito contra la propiedad intelectual y todo apunta a que también se enfrenta a un delito de blanqueo de capitales.
Todo comenzó tras la denuncia de la Asociación Española de Videojuegos, que detectó a través de varios portales de anuncios, la oferta y venta de un modelo de consola con juegos pirateados, principalmente de la marca Nintendo, así como dispositivos que neutralizaban las medidas de protección de los desarrolladores del software.
Se estima que estos juegos habrían alcanzado un valor superior al millón de euros en el mercado y es que, en algo más de un año, se han detectado unos 220 pedidos a través de una aplicación de smartphone, obteniendo un beneficio cercano a los 54.000 euros.
Fue a finales de marzo cuando se realizó el registro de la vivienda del detenido, incautando 31 consolas, 40 flashcarts preparadas para esquivar la seguridad electrónica además de tarjetas de memoria, discos duros con todos los juegos almacenados, documentación y un teléfono móvil.
El siguiente paso por parte de la Policía es comenzar a identificar a los compradores para recuperar las consolas y videojuegos pirateados.