Así es Hogwarts Mistery.
Comentar un juego de móvil nunca es tarea fácil, pero vamos a intentarlo. Hoy hablaremos de Hogwarts Mistery, el RPG narrativo para móviles ambientado en el mundo de Harry Potter.
Un servidor ha tenido a bien descargarse el juego para probarlo durante un par de días y comentaros que me parece. En resumen, deja mucho que desear. Pero empecemos por el principio, yo crecí leyendo Harry Potter como otros tantos de mi generación, y he de reconocerle a JK Rowling el mérito de conseguir que una generación con “pantallitis” volviera a leer. Pero el ánimo por exprimir la franquicia, está acabando con ella.
Como si fuera una naranja seca, Hogwarts Mistery nos plantea formar parte del universo de Harry Potter y cumplir el sueño de cualquier fan, vivir tu propia aventura en la escuela de magia. Pero los videojuegos de la saga parecen seguir siendo la asignatura pendiente de la compañía. Un RPG narrativo que rememora un poco a las aventuras interactivas, pero no.
El juego da a entender que estás viviendo tu propia aventura en Hogwarts, pero las pocas elecciones que hagas no parecen afectar en lo más mínimo al desarrollo de la historia. Realmente la única elección real es la elección de casa, que afectará a tu sala común y tu ropa, pero tu amigo del alma irá a la misma casa y vivirás las mismas experiencias.
La narración y la traducción son correctas, los duelos se limitan a “piedra, papel, tijeras” y las conversaciones importantes son un: “Elige la frase que no hará llorar a tu amigo.”
El apartado gráfico sería una mezcla de los sims con escenarios 2D. La jugabilidad se basa en hacer acciones tocando la pantalla y tener que estar pendiente de recuperar la energía, lo que hace inviable el juego continuo si tienes un mínimo de vida u obligaciones. Además el juego ya de por sí, recomienda jugar conectado a la wifi, por lo que para mí pierde la esencia y gran ventaja que tiene cualquier juego móvil: Poder jugarlo donde quieras.
Una idea mal aprovechada de algo que causará sensación durante un tiempo y caerá en el olvido.
