Tener miles de espectadores y seguidores atentos al próximo vídeo que publicas es una gran muestra de que lo que haces tiene gancho, pero cuando la vieja escuela despierta y comienza a criticarte, es que has alcanzado el éxito.
Últimamente, han surgido académicos y críticos que se mofan de los Youtubers, tachándolos de idiotas sin talento y echándoles en cara que lo único que saben hacer es ponerse delante de una cámara a decir tonterías. Señores de la vieja escuela, tenéis que aceptar que eso es lo que quiere el público. Si os habéis pasado toda vuestra vida leyendo manuales de cómo debe ser el cine o la televisión y ensalzando o tirando por tierra todo lo que no es parece de calidad, lo sentimos, pero se os ha terminado el chollo. Con las redes sociales, el pueblo manda. ¿Quién sois vosotros para decir que no tienen talento? Tiene gracia, resulta que esa gente “sin talento” tiene miles de suscriptores y fama mundial.
Cuando os metéis con la gente que los vemos, sí, nos incluimos, me parece que vuestro afán dictatorial, superficialidad y capacidad de prejuzgar roza la demencia. Este profesor de la Universidad se pregunta si los idiotas son los autores de estos vídeos o las personas que los vemos. ¿Por qué exactamente? ¿Por reírnos con vídeos que tiran por tierra tus queridos estándares de lo que es “un buen audiovisual”? En fin… no digo que lo sean, pero todos los grandes genios han roto con lo establecido. No digo que vayan a hacer historia, ni mucho menos, pero están cambiando el consumo audiovisual, y si no sois capaces de verlo, perderéis al público. Si no lo queréis, estupendo, me parece perfecto que os dediquéis al cine independiente y que os vaya a ver al cine vuestra abuela y su amiga La Paquí. Pero si queréis ser parte de la gran industria, tenéis que adaptaros a los nuevos formatos. Quizá vuestro canal no sea Youtube, quizá vuestro público no esté ahí, pero entonces quizá debáis asumir que vuestro cine (o lo que sea que hagáis) no está destinado a alcanzar la fama.
Boyero, conocido crítico de cine por su amabilidad y respeto por todas las cintas, reprocha a las personas que ven esos vídeos su incapacidad de seguir un contenido audiovisual mínimamente construido. Carlos, déjame decirte que se puede apreciar a Auron Play y a Leos Carax, que es posible reírse de una broma telefónica sobre si te han jaqueado la calculadora del Windows y deleitarse con las reflexiones sobre la identidad que se vierten en Holly Motors.
¿Qué es el talento? ¿Qué es el buen audiovisual? ¿Hay algo que te asegure que si tu contenido audiovisual (películas, series, vídeos de Youtube, anuncios o lo que sea) es “bueno”, lo va a ver la gente? ¿No pretenderéis que encima de tener la verdad absoluta sobre lo que es bueno y malo, vayáis a obligar a la gente a ver una cosa u otra? ¡Lo que faltaba ya! “Esto es bueno, esto es malo y si no veis lo que yo digo, sois estúpidos”. En fin… la vieja escuela y los ombligos.