Xbox Series X no tendrá un puerto de salida óptica de audio para dejar espacio a otros componentes y reducir costes de producción, lo que permitirá a Microsoft poder dedicar dicho gasto en otras funciones de la consola. En enero AMD mostró un modelado tridimensional de la parte trasera de la consola que mostraba ese puerto, pero en marzo Microsoft finalmente confirmó que tan solo se trataba de un simple montaje.
La conexión de audio óptica es un puerto utilizado por los equipos de sonido Home Cinema más antiguos, aunque hace ya más de una década que la mayoría incorporan una entrada HDMI. También la utilizan algunos auriculares de gama alta, como los dispositivos gaming de Astro. Esta marca ha confirmado que el firmware de sus cascos se actualizará para poder conectarse por USB a la nueva consola.
«El coste marginal de todo es importante», argumenta Phil Spencer, jefe de Xbox, en el podcast IGN Unlocked al hablar sobre la ausencia del puerto. «Si coges una parte de una consola que cuesta quizá uno o dos dólares y dices: ‘vale, ¿cómo de importante es esto dentro de la consola?’. Eso [la máquina] cuesta algunos cientos de dólares».
El directivo explica que si se vendieran 100 millones de Xbox Series X, el coste de meter ese puerto sería de 200 millones de dólares, un alto precio para un puerto que, según él, no usan demasiadas personas: «También francamente, sabemos cuánta gente lo usa hoy en la consola». Además, explicó que hacen cuentas pensando en el porcentaje de personas que va a usar lo que incluyen en la consola, y piensan si hay «un mejor lugar para nosotros para gastar ese dinero».
Con la ausencia de este puerto, Xbox Series X extraerá el sonido a través del puerto HDMI 2.1 (que en equipos compatibles utilizará Dolby Atmos) y a través del jack del nuevo mando de la consola. En la misma entrevista Phil Spencer ha reafirmado que la nueva Xbox sigue planeada para 2020, pero que aún no han decidido el precio. Por otra parte, aquí te explicamos por qué Microsoft decidió que el mando continuara utilizando pilas.