¿Habéis visto alguna vez el gameplay de RubiusOMG de Scribblenauts Unlimite? ¿Sí? ¿No? Bueno, para los que no hayáis tenido el placer os lo dejo aquí para que sepáis de qué voy a hablar hoy en este post e ir poniéndoos lo dientes largos:
¿Qué os ha parecido? ¿Queréis saber más? Está bien, ahora os contaré el origen de esta curiosa historia. Maxwell, el protagonista, es enviado con su hermana Lily por su familia a recorrer el mundo para que conozcan sus peligros, ya que estaban volviéndose unos niños malcriados en casa. Durante su viaje, se encuentran con un anciano hambriento y, en lugar de ayudarlo, lo que hacen es burlarse de él dándole de comer una manzana podrida. Lo que no saben estos chiquillos es con quién se meten. Este ancianito desvalido tiene poderes y lanza una maldición a Lily, que se irá convirtiendo en piedra poco a poco. A partir de aquí es donde entramos en la acción propiamente dicha. Manejando a Maxwell recorreremos el mundo en busca de starites para ayudar a nuestra hermanita a detener su maldición antes de que sea tarde.
Como habéis podido ver en el vídeo de Rubius, la mecánica del juego es simple (aunque su modo de jugar es un tanto particular, pero era sólo un ejemplo). La idea es que nos movamos por el mundo buscando a gente que necesite nuestra ayuda y que pensemos soluciones para sus respectivos problemas. Cuanto mejor sea la solución que se nos ocurra, más starites nos darán. Para ayudar a la gente contamos con un cuaderno mágico, un objeto que nos da la posibilidad de escribir todo lo que se nos ocurra, sea lo que sea. Por ejemplo, ¿un niño tiene frío? Entonces le creamos un oso mimoso para que lo abrace. Como su propio nombre indica en Scribblenauts Unlimite no hay límites, pueden ser soluciones lógicas o no. La imaginación al poder, eso es lo que hace a este juego tan original.